lunes, 17 de octubre de 2011

Teatros griegos y romanos

El objetivo de diseñar un teatro es lograr una inteligibilidad óptima en todos los asientos. Al aire libre, sólo se propaga hasta el receptor el sonido directo. La máxima distancia a la que puede ser oído un mensaje es 42 metros en dirección frontal.

Teatros clásicos griegos

En los teatros clásicos griegos se podía alcanzar una distancia de 70 metros con una inteligibilidad muy buena. Esto se debe al nivel de ruido ambiental extremadamente bajo y a la existencia de primeras reflexiones generadas en la plataforma circular (orquesta) situada entre el escenario y las gradas. Además, hay que considerar las reflexiones en la pared posterior del escenario y las máscaras utilizadas por los actores,  que desempeñaban una función de megáfono.


Una característica distintiva de estos teatros, es la pronunciada pendiente de las gradas (20 a 34º), beneficioso tanto para la visual como para la obtención de mayores ángulos de incidencia de las reflexiones sonoras. La altura del escenario podía alcanzar los 3,5 metros.

Ejemplo: Epidauro (Grecia 300 a.C.)
Espectadores: 14000
Asiento más alejado: 70 m.
Diámetro de la orquesta: 118 m.

Teatros clásicos romanos

A diferencia de los teatros griegos, los teatros clásicos romanos al aire libre presentaban detrás del escenario una pared muy elevada (scaenae frons) con elementos decorativos muy elaborados. La orquesta tenía forma semicircular y estaba generalmente ocupada por los senadores, lo que impedía que actuase como superficie reflectora del sonido. La altura del escenario era inferior con el fin de lograr una correcta visión desde dicha zona (aprox. 1,5 metros).


Para mantener una óptima inteligibilidad era indispensable reducir las dimensiones y mantener una elevada pendiente en las gradas (30 a 34º).

Ejemplo: Aspendos (Turquía 155 d.C.)
Espectadores: 6000
Asiento más alejado: 53 m.

Fuente:
Antoni Carrión Isbert: Diseño acústico de espacios arquitectónicos. Upc - España. 

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